El estrés no es sólo una sensación desagradable. Además, puede tener efectos disruptores graves sobre nuestro organismo, y también sobre el desempeño de nuestra vida diaria.
A largo plazo, las situaciones de estrés prolongadas pueden acabar causando o agravando problemas de salud (enfermedades cardiovasculares, estomacales, depresión…).
La buena noticia es que el estrés se puede manejar con las técnicas adecuadas. Es importante destacar que a cada persona le pueden funcionar técnicas distintas, dependiendo de su contexto particular.
¿Qué es el estrés?
Richard Lazarus define el estrés como «una condición o sensación que se experimenta cuando una persona percibe que las demandas exceden sus recursos personales o sociales».
Esto significa que experimentamos esta sensación si creemos que no tenemos el tiempo, los recursos o el conocimiento necesarios para manejar una situación concreta. En resumen, sentimos que algo se escapa de nuestro control.
Cada persona maneja el estrés de forma diferente en diferentes situaciones. Los resultados son mejores si confiamos en nuestras habilidades para hacerlo eficazmente y si contamos con el apoyo adecuado.
¿Cómo lo controlo?
- Lleva a cabo un diario del estrés en el que anotes cosas que más te afectan y cómo te afectan.
- Organízate: un estresor común es la falta de tiempo por una organización deficiente. Para organizarte mejor puedes establecer una lista de prioridades, tanto en el trabajo como en casa. Una vez llevadas a cabo las tareas prioritarias, liberarás tiempo y espacio mental.
- Intenta detectar y evitar patrones de pensamiento negativos. En lugar de eso, trata recrear un momento de bienestar o un pensamiento que te genere una emoción positiva. No te sientas culpable si esto no te sale al principio. Como todo hábito, solemos tenerlo tan instaurado que no nos damos cuenta. Sin embargo, también como todo hábito, se cambia con la práctica.
- Haz ejercicio: la actividad física 3 veces por semana actúa como un antidepresivo natural y ayuda a liberar tensión emocional.
- Aprende la técnica de relajación que más se adapte a ti: relajación muscular, estiramientos, técnicas de respiración…
- Duerme: durante la noche, el cerebro procesa la información emocional y repone glucosa, lo que nos hace sentirnos mejor al día siguiente.
Recuerda que un especialista en salud mental puede ayudarnos a gestionar estas emociones que a veces nos superan.
Puedes pedir cita con nosotros aquí.