«El apego es un vínculo afectivo que se genera con el cuidador/a principal»
El apego se genera en los primeros momentos de la vida de una persona, suponiendo un vínculo afectivo imprescindible.
Su importancia radica en que se trata de la base de pensamientos, sentimientos y conductas futuras (aunque, por supuesto, reconducibles).
Su relevancia es fundamental para que el bebé/niño desarrolle conductas de exploración del ambiente y afiliación emocional adaptativas; las mismas, varían dependiendo de la tipología del apego y suelen dejar su huella en la vida adulta.
Apego seguro
El bebé/niño sabe que su cuidador/a principal (normalmente la madre) se encuentra disponible tanto física como emocionalmente para él/ella.
Por lo tanto, tenderá a sentirse seguro y a interaccionar con el ambiente.
Cuando la madre está presente, interacciona con la misma. Si se ausenta, generará desasosiego y en cuanto regrese, iniciará la búsqueda activa de consuelo.
Este apego será la base de un perfil de adultos más seguros de sí mismos y con una comunicación emocional más efectiva.
Apego evitativo
Generado ante un cuidador/a que no aporta la suficiente seguridad y protección. El menor aprende que no puede contar con la figura de apego, por lo que suele ignorarla.
La conducta de juego es aislada, sin interacción con el/la cuidador/a.
Cuando esta se ausenta, no inicia conductas de queja, y cuando regresa, el/la menor, sigue a lo suyo.
Como adultos, tenderán a ser personas con dificultades ante la cercanía emocional o la intimidad en distintos tipos de relaciones personales.
Apego ambivalente
El/la menor no genera confianza con la figura de apego. Eso se debe a que el/la cuidador/a no tiene una conducta que el/la niño/a pueda predecir; es decir, se comporta de forma contradictoria y no genera seguridad.
(En ocasiones cercana, a veces, lejana).
Esta desregulación emocional del/a cuidador/a, se evidencia en que cuando el/la cuidador/a se aleja, el bebé/niño se siente desconsolado/a; y cuando regresa, es difícil calmarlo/a.
Tenderá a convertirse en un adulto con distintos grados de dependencia emocional.
Apego desorganizado
Se trataría de una mezcla entre el apego ambivalente y el apego evitativo.
Los/las menores son expuestos7as a conductas negligentes, como p.ej. maltrato o abandono, por lo que suelen tener conductas conflictivas (o en el otro polo, excesivamente pasivas).
Es probable que en la edad adulta tiendan a la conflictividad o la pasividad extrema.
La educación es fundamental. Proveer de un apego seguro en el presente, garantiza una mejor adaptación de la persona en la etapa adulta.
No obstante, las distintas tipologías del apego son abordables en consulta, por lo que no suponen un determinismo en cuanto al futuro.
Al prestar atención, a la historia de vida, las marcas de los distintos tipos de apego se evidencian en: pensamientos, emociones y conductas.
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