En las sociedades capitalistas, prevalece el mérito, la productividad y la eficiencia. Por ello, en el panorama laboral actual, queremos destacar y ser los mejores. Sin embargo, esta idea de crecimiento y actualización constantes, irónicamente, puede tener un alto coste a nivel personal. Ser perfeccionista nos perjudica más de lo que nos beneficia.
Ser perfeccionista resulta tóxico:
A todos nos parece raro que el hecho de querer que todo salga perfecto pueda ser malo. Sin embargo, si nos paramos a pensar un momento, no podemos conseguir nada perfecto. Los errores existen, y con una razón: aprender de ellos. Una persona perfeccionista evita fallar en la medida de lo posible, y cuando esto sucede lo experimenta de manera catastrófica, autocastigándose por haber cometido un error. Con esta forma de pensar, lo que adquieren de esa experiencia es malestar y resentimiento, y menos aprendizaje. Por ello, intentar hacer todo perfecto nos puede llevar a hacer las cosas peor.
«Mi vida no ha sido más que un completo fracaso» Claude Monet (conocido perfeccionista)
Otro de las torturas del perfeccionismo es que nada de lo que hemos hecho, todo lo que nos hemos esforzado, es suficiente.El perfeccionismo no es una forma de hacer las cosas, si no de hablarse a uno mismo. Si siempre creemos que nada de lo que hacemos es suficiente, nunca lo será. Por ello, las personas perfeccionistas tienen más riesgo de padecer problemas de salud mental como la ansiedad o la depresión.
¿Se puede ser eficiente sin ser perfeccionista?
No hace falta ser perfeccionista para ser productivo y buen trabajador. Simplemente deberemos ser compasivos con nosotros mismos, valorar cada esfuerzo y cada tarea como algo válido y bueno, y aceptar errores y críticas como lo que son, un aprendizaje. Así mismo,debemos tener en cuenta que nuestra productividad no es lo único que nos define como personas.
Ser perfeccionista, el ideal que nos rodea:
Como hemos mencionado, vivimos un sistema en el que nos vemos presionados a ser perfectos. A esto colaboran las redes sociales, espejo de estándares de vida inalcanzables (numerosas amistades, dinero, éxito, felicidad constante, etc.). Es normal que intentemos alcanzar estos ideales, sin embargo, su búsqueda puede frustrarnos sin proporcionarnos nada a cambio.
Si tienes problemas para manejar el perfeccionismo ponte en contacto con nosotros, estaremos encantados de poder ayudarte.
«La perfección es lo único que carece de normalidad» (Anónimo)