«El dependiente emocional, avidez de amor»
El dependiente emocional suele acudir a consulta con una historia previa de amores conflictivos y/o conductas que no desea repetir (fruto de miedos e inseguridades).
Nos encontramos con perfiles similares, que suelen presentar alguna de estas tres características:
- Han tenido una infancia/adolescencia difícil, siendo víctimas (directas o indirectas) de conductas negligentes: maltrato psicológico, alto criticismo, descuido de las necesidades básicas (entre ellas las emocionales), etc.
- Padres excesivamente protectores, que inculcaron (consciente o inconscientemente) la idea de que el mundo es peligroso, e hicieron al menor altamente dependiente de sus cuidados y protección.
- Sufrieron algún trauma que les generó un alto nivel de estrés, por lo que tendieron a buscar refugio en terceros.
Como consecuencia de estas experiencias, es frecuente que tiendan a desarrollar las siguientes conductas:
- Les resulta difícil cortar relaciones que no les convienen:
El dependiente emocional suele mantener contacto con personas que le hacen daño, evitando el sufrimiento que supondría cortar el vínculo.
A nivel inconsciente, vivencia el rechazo (propio o ajeno) como un peligro, aguantando hasta que la situación sea insostenible.
Prefieren que sea la otra persona la que se aleje, evitando el conflicto (en la medida de lo posible).
- Demandan atención y cariño de manera desproporcionada:
El «sobreprotegido» ha interiorizado la creencia distorsionada de que sin alguien que le cuide, está incompleto, sintiendo un vacío que necesita llenar.
El otro es quien ha de colmar sus necesidades.
Tiende a tener celos, fruto de las inseguridades adquiridas, temiendo perder a sus seres queridos.
Verá amenazas donde no las hay.También será altamente demandante respecto al tiempo y atención que le brinden los demás.
- Repetir patrones:
Especialmente destacable en víctimas de abandono emocional. En ocasiones, y de manera inconscientemente, seleccionan parejas que reproducen estas conductas. Tienen dificultades a la hora de analizar las «señales de peligro», puesto que su nivel de «aguante» es mayor que el de las personas que no han tenido ciertas experiencias.
- Tienden a idealizar y sentirse decepcionados:
Cuando conocen a alguien, suelen resaltar en exceso sus virtudes, ignorando temporalmente que nadie es perfecto.
Cuando la realidad se muestra ante ellos, se sienten profundamente dolidos.
El dependiente emocional que ha estado sobreprotegido, tenderá a vincularse demandando hasta que las personas importantes se cansen de sentirse absorbidas.
Quien ha sido víctima de negligencia emocional, tenderá a magnificar a poco que se le de.
Su autoestima se encuentra dañada, porque le han hecho sentir que es poco importante o que no vale lo suficiente, por lo que tenderá a sobrevalorizar a aquellos que le manden el mensaje contrario y le aporten un poco de cariño.
El dependiente emocional debe conocer la importancia de crear y fortalecer lazos interpersonales sanos, aprendiendo a identificar sus conductas dependientes.
Se trata de un problema psicológico que tiene salida, si se trabaja con el profesional adecuado.
Lo importante es sentir que el otro es un complemento que suma, y no un requisito.
De esta forma, la elección de nuestro entorno estará guiada por el amor, y no por la necesidad.