¿Os ha pasado alguna vez que a pesar de estar sentados todo el día, estáis cansados? En este momento pensamos ¡pero si no hemos hecho tanto! Te contamos en qué consiste la fatiga mental.
La fatiga mental:
No es necesario realizar mucho esfuerzo físico para encontrarse cansado. De hecho, el cerebro reacciona al estrés de formas similares, ya sea este físico o mental.
Hay muchos factores que contribuyen a la fatiga mental. El mero hecho de estar consciente ya requiere mucha energía. A esto, se le suma todos los pensamientos y reacciones emocionales que tenemos día a día.
Imagínate que estás preparando un examen. Tu cerebro no sólo se está esforzando por memorizar esa información, sino que también está intentando averiguar qué pasará si no lo apruebas. Esto suele generar una respuesta emocional de ansiedad y una respuesta física de tensión muscular.
Hacemos lo mismo con cualquier situación de la vida diaria. Normalmente, en vez de estar centrados en lo que estamos haciendo, imaginamos posibles escenarios futuros (qué vamos a comer, qué tenemos planeado para ese fin de semana, etc.), o pasados («no debí haberle contestado así a mi pareja», «¿Me he dejado el gas abierto»). Todos estos pensamientos, junto con las emociones asociadas, consumen gran cantidad de energía.
Las personas con síntomas ansiosos o depresivos suelen experimental más fatiga mental. Están más cansados porque se pasan más tiempo anticipando el futuro o rememorando el pasado. Esto suele llevar una tensión física y emocional asociada, lo que acaba drenando de energía al cuerpo.
Esta sobrecarga, puede llegar a debilitar el sistema inmune. Este nos protege contra infecciones, por lo tanto, cuando nuestras defensas merman, solemos enfermar más.
¿Qué hago para no estar tan cansado?
Más autocuidado:
- Intenta comer mejor: una dieta rica en productos frescos y variados no sólo ayuda a mantenernos sanos, si no también a estar de mejor humor. Por el contrario, una alimentación basada en productos ultraprocesados, disminuirá nuestras defensas, nuestra salud general y también nuestro estado anímico.
- Muévete: aunque no seas fanático del gimnasio, mover el cuerpo ayuda a despejar la mente y a ver las cosas desde otra perspectiva. Si te encuentras obcecado en un problema, dar un largo paseo puede ayudar a contemplar distintas soluciones.
- Descansa en el trabajo y en casa: es conveniente tomarse descansos en las tareas cada hora u hora y media y desconectar, aunque sean 5 minutos. Puede que tengamos la sensación de que estamos perdiendo el tiempo. Sin embargo, los descansos nos ayudan a ser más productivos y creativos.
A esto tienes que sumarle un buen descanso nocturno. Intenta dormir de 7 a 8 horas y desconectar de las pantallas 90 minutos antes de irte a la cama.
- Analiza si experimentas ciertos pensamientos y emociones que te crean tensión: si lo haces, pregúntate el motivo y la utilidad de los mismos. Escribir puede ayudar. Así mismo, un profesional de la salud mental puede guiarte para reestructurar ciertas creencias que te pueden estar afectando a nivel físico y mental.