«Nuestras palabras, son un reflejo de cómo pensamos: de nosotros, de los demás y del mundo en general; este diálogo interno, se construye externa e internamente, y juega un papel principal en cómo nos sentimos.»
El tratamiento psicológico (ya sea dirigido a niños, adolescentes o adultos), basa buena parte de su efectividad en que el profesional sea capaz de detectar y comprender el diálogo interno del paciente (voz interior). Cuando se expresa, sus palabras dejan al psicólogo acceder a la idiosincrasía de la persona, permitiendo detectar la estructura de pensamiento que se esconde tras su comunicación verbal.
La responsabilidad de mejorar la calidad de vida del paciente, conlleva que en el psicólogo sea consciente de que ciertas palabras, sólo perpetúan formas de pensar desadaptativas, por lo que deberá tratar de evitarlas y corregirlas en el diálogo interno (voz interior) del cliente.
Algunas de estas palabras, son:
Normal Vs Anomal
Cuando se verbaliza al paciente: «es normal que te sientas así…» , se está reforzando una visión dual y extrema de las circunstancias: «blanco o negro», «siempre o nunca», «gustar u odiar», etc… La mayoría de las conductas no son normales o anormales, sino generadas en base a determinadas situaciones. Estas palabras sólo tienen razón de ser cuando se realiza la evaluación (donde se comparan puntuaciones en base al rango «normalidad»), no durante la intervención psicológica. Si la persona categoriza sus conductas en «normales» Vs «anormales», se verá a sí misma: «útil» Vs «inútil», «exitosa» Vs «fracasada», como «buena persona» Vs «mala persona», etc.
Ser Vs Estar
Si el paciente dice: «¡es que soy tonto!», está utilizando el verbo «ser», que, indirectamente, define su personalidad. A nivel psicológico no es lo mismo decir: «¡soy tonto!», que «¡hoy estoy tonto!» (verbo «estar»). La segunda frase, define un estado pasajero; mientras que la primera (verbo ser), se aplica a una característica mantenida en el tiempo («lo que soy»).
Controlar Vs Manejar
Las emociones no hay que controlarlas, sino saber manejarlas. La palabra «controlar», connota el esfuerzo por mantener a raya una situación, persona o estado psicoemocional. Si no se consigue, la persona siente que «está descontrolada» (ya que sólo existen dos opciones: control Vs descontrol). Sin embargo, manejar tiene más polos, puesto que el paciente se manejará unos días mejor y otros peor. Cuando un cliente acude a consulta y se le dice: «tienes que aprender a controlar tu ansiedad», la sensación de descontrol con la que empieza la terapia, se intensificará si no realiza determinadas tareas con éxito. Por el contrario, si se le anima a «manejar la ansiedad», percibirá el progreso en distintos grados (p.ej. un poco mejor, bien, regular, peor, un poco peor, excelente, satisfactoriamente, etc.)
Perfecto Vs Excelente
La perfección no existe…y, sin embargo, como palabra es real... «perfecto» implica carente de fallos (es una palabra rígida y exigente); mientras que «excelencia», supone tratar de hacer las tareas lo mejor posible: «excelente» define todo el proceso, y «perfecto», sólo el resultado final.
Estas palabras, son frecuentemente utilizadas en coloquios informales (sin conllevar malestar); sin embargo, cuando un paciente acude aquejado de dificultades emocionales, el empleo de determinadas expresiones, amplifica la problemática.
«Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras; cuida tus palabras, porque se convertirán en tus emociones y en tus actos; cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino» (M. Gandhi).
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