«¿Equilibrio emocional? Existen tantos equilibrios emocionales como personas en el mundo (Paz, Ana).»
El equilibrio emocional es un estado de bienestar psicológico derivado del autonocimiento y del ensayo-error (aquellas conductas que no queremos repetir).
El autoconocimiento es fundamental, por lo que debemos vivenciar las experiencias como aprendizajes, sean las mismas agradables o desagradables. Sólo teniendo un profundo conocimiento de uno mismo, se sabrán ajustar las necesidades emocionales.
La perspectiva puede resultar intimidante; sin embargo, paradójicamente, cuando el paciente entiende su historia de vida, siente la liberación inherente a quien conoce el porqué de su personalidad, aprendiendo a aceptarse y a manejar aquellas conductas que le disgustan por entrar en conflicto con sus creencias nucleares.
Pero… ¿qué es el equilibrio emocional?
Podría definirse como el conocimiento de las necesidades emocionales, su regulación y la coherencia con los valores y creencias de la persona. Siendo más específicos: conocer las causas de determinados pensamientos, emociones y conductas y equilibrar las mismas (p.ej. ¿por qué reacciono con tristeza cada vez que me despido de algunos allegados? ¿qué me quiere decir esa emoción? ¿cuándo y por qué empecé a generarla? ¿tengo que reconducirla o aceptarla? ¿mi manera de actuar está en consonancia con el valor del apoyo a mi entorno?, etc).
El trabajo personal ha de convertir al paciente en un descifrador profesional de sus emociones, entendiendo las mismas como alarmas internas que proporcionan información y, por lo tanto, conocimiento sobre sus necesidades.
¿En qué aspectos debo buscar el equilibrio emocional?
- Relaciones de pareja: conocer, respetar y adaptar las necesidades de cada miembro; en ocasiones, supone reconocer que las mismas no son cubiertas y existen posturas irreconciliables.
- Familia: aceptar a cada individuo como un ser con sus propias necesidades emocionales, comprendiendo que el abuso del apoyo puede suponer el detrimento del bienestar del otro miembro; en el polo opuesto, se sitúan las personas que rechazan el consuelo de los demás, generándoles incertidumbre y malestar. Con una adecuada gestión emocional, ni se abusa ni se ignora el respaldo de terceros.
- Relaciones de amistad: quien hace un mal uso del soporte emocional tiende, de nuevo, al exceso o al defecto. Por exceso: la atención se focaliza excesivamente en los problemas, desgastando psicológica y emocionalmente a sus amistades. Por el contrario, quien no se apoya en las mismas (defecto), generará incertidumbre y preocupación.
- Trabajo: la gestión emocional deficitaria no sólo abarca el ámbito personal, sino que suele trasladarse al desempeño laboral (especialmente en entornos donde se trabaja bajo presión y/o un alto grado de estrés).
- Ocio: la desconexión proporciona emociones placenteras fundamentales para mantener el «saldo» emocional equilibrado.
- Otros.
Si quieres entenderte y mejorar tu calidad de vida, contacta con nosotros, estaremos encantados de guiarte en el camino del autoconocimiento; Sin duda, un recorrido que variará el curso de tu vida.