«La dependencia debe transformarse a lo largo del desarrollo»
La dependencia emocional es un concepto que ha calado hondo en la sociedad actual. Por dependencia emocional se entendía, hasta hace bien poco, una vinculación excesiva que restaba libertad personal.
No obstante, hoy en día los psicólogos abogamos por una perspectiva más comprensiva, racional y científica: los seres humanos somos animales sociales, necesitamos a los demás para sobrevivir.
Esa dependencia nos acompaña a lo largo de la vida, la diferencia es la forma en la que se manifiesta.
Por ello, entendemos la dependencia como un proceso natural, que se transforma.
Dependencia vertical
Vinculación necesaria entre los cuidadores (padres/madres o figuras de apego principales) y el hijo/a. En la infancia y la adolescencia, la dependencia es vertical, ya que los cuidadores proveen de protección, seguridad y cuidados básicos a los hijos/as.
De esta relación depende que los infantes puedan sobrevivir física y emocionalmente, por lo que es una necesidad imprescindible.
Dependencia horizontal
Conforme alcanzamos la edad adulta, esa dependencia emocional debe transformarse en horizontal. Esto es: mi pareja me provee y yo proveo a mi pareja.
Existe necesidad de cariño, protección y seguridad, pero es bidireccional.
Los adultos que se sienten incapaces de afrontar su vida sin el apoyo y la compañía excesivas de su pareja, no han dado el salto hacia la horizontalidad, o lo que es lo mismo: mantienen la vertical.
Suelen ser personas que necesitan la opinión del otro en exceso, costándoles tomar decisiones solas. En cuanto a las actividades, se sentirán incapaces o vacías si no las realizan acompañadas y tenderán a necesitar demasiada comunicación diaria (p.ej. whatsapps, llamadas de teléfono, quedadas, etc.). Tienden a sentir que el mundo les pesa, que es demasiado complejo para ellas y a sentirse «pequeñitas» y desamparadas.
Esto no quiere decir que lo estén, simplemente es así como se sienten.
El mantenimiento de la dependencia emocional vertical, suele deberse a problemas en el desarrollo de la regulación emocional y la intimidad. Les cuesta autorregularse y generar autonomía.
Además, existe variabilidad en su expresión, de una persona a otra, p.ej.:
alguien puede tener una dependencia vertical a nivel emocional pero, hasta cierto punto, horizontal (p.ej. proveer con trabajo, responsabilidades, servicios, etc. pero sentir que necesita demasiado al otro/a).
Si esto sucede, es importante que se trabaje en consulta, ya que implica otros factores como baja autoestima y poco sentimiento de autorrealización.
La finalidad de la terapia es conseguir la autorregulación: aumentar el sentimiento de autonomía (y las conductas, si fuera necesario).
¡Fomenta tu autonomía y aumenta tu calidad de vida!
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