«No cabe duda de que las nuevas tecnologías hacen más fácil la vida de las personas, no obstante, no todo son ventajas…»
El maltrato psicológico puede tomar múltiples formas, y hoy nos vamos a centrar en una de ellas: la asociada a las nuevas tecnologías.
Uno de los problemas a los que se enfrentan los pacientes, es el desconcierto que la palabra «maltrato psicológico» les provoca.
Son conscientes de que han sufrido vejaciones, pero en muchas ocasiones no saben responder a si han sido víctimas (o no) de maltrato psicológico.
Esto es debido a que algunas formas del mismo, no son fácilmente etiquetables, como por ejemplo: ignorar los mensajes, bloquear y ridiculizar mediante vías tecnológicas.
Algunas formas asociadas a este maltrato psicológico son:
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Ignorar como forma de castigo:
No responder a los mensajes de whatsapp o de facebook, instagram, etc. Cuando a la otra persona le sobrepasa un problema y no desea contestar en caliente, no se puede considerar maltrato psicológico. Pero cuando esta conducta se lleva a cabo con frecuencia y su objetivo es hacer sentir mal al otro, nos encontramos ante un caso de maltrato psicológico.
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Bloquear:
Emplear el miedo como forma de castigo. Si alguien es bloqueado porque se ha pasado de la raya insultando, o no acepta que no se le quiere más en la vida de la otra persona, eso no es maltrato psicológico. Sin embargo, cuando una persona es bloqueada continuamente ante cada conflicto, temiendo no volver a tener acceso a aquella persona que quiere, estamos ante un intento de control porque, seguramente, la próxima vez evitará expresarse libremente para no ser bloqueada de nuevo.
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Ridiculizar:
Utilizar con frecuencia redes sociales públicas para mandar mensajes (nombrando o no al receptor) para dejarlo en evidencia, es maltrato psicológico.
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Atemorizar:
Ante un conflicto subir frases de forma continuada, como por ejemplo: «soltero/a, esta noche va a arder la noche», o dejar mensajes subidos de tono a otras personas antes de haber finalizado una relación, con el motivo de activar el miedo al abandono de la otra persona, es maltrato psicológico.
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Intromisión:
No respetar la decisión de finalizar una relación y mandar mensajes continuamente, pese a la verbalización constante de la otra persona de que no desea recibirlos, utilizando como método preferente el chantaje psicológico con la finalidad de hacer sentir mal a la otra persona, o que dude de sus capacidades e interpretaciones.
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Control excesivo:
Recibir mensajes con una alta frecuencia, que buscan saber: la localización, la actividad y la compañía que se te tiene, ejerciendo control sobre la otra persona.
Estas situaciones van minando la estabilidad emocional de la la víctima que, poco a poco, va modificando su conducta para evitar las consecuencias negativas.
«Pero a mi lo que me preocupa es el otro maltrato, el que no deja marcas en la piel…» (Walter Riso)
Si has sido víctima de este tipo de conductas, ponte en contacto con nosotros, sabemos cómo ayudarte.