¡Rafa Nadal lo tiene claro: la fortaleza mental es clave para triunfar en el deporte!
El deporte, es una actividad que puede entenderse de tres formas diferentes (no excluyentes entre sí):
- Profesión: la persona convierte su pasión en su modo de vida; el deporte organiza el calendario diario del individuo, y se convierte en su sistema de supervivencia.
- Pasión: excluyendo los deportistas de alto rendimiento, este grupo abarca apasionados por uno o varios deportes. Generan bienestar cuando lo practican y dedican el tiempo que atesoran a beneficiarse de las sensaciones agradables que les produce su ejecución.
- Necesidad: colectivo de individuos sin una inclinación especial por el deporte, pero que por obligación, conciencia y/o prescripción médica, se habitúan a una rutina de trabajo físico.
El grupo profesional abarca los tres apartados anteriores: su pasión es su profesión, por lo tanto su sustento económico… convertida en necesidad durante las crisis que se generan y atraviesan en toda carrera deportiva.
A lo anteriormente señalado, se le suma que los deportistas comienzan su andadura deportiva siendo muy jóvenes, cuando aun están desarrollando su personalidad y se empapan del entorno, incluida la presión: familiar y social. En estas circunstancias, es entendible que desarrollen unas características cognitivas que necesitan ser guiadas o encauzadas por un profesional especializado en deporte.
En este sentido, el psicólogo deportivo trabajará teniendo como meta aumentar la calidad de vida del cliente, incluyendo su rendimiento deportivo: si el deportista genera ansiedad ante una competición, su productividad se ve disminuida; mientras que si conoce y aplica estrategias para redirigir sus emociones, su mente se centrará en solucionar problemas en lugar de girar en un «bucle» disfuncional e inerte.
El psicólogo deportivo trabajará fundamentalmente:
- Distorsiones cognitivas: pensamientos no realistas que le generan emociones desagradables y perjudican su ejecución deportiva.
- Técnicas de relajación: conseguir un nivel de activación fisiológico adecuado al contexto y situación.
- Técnicas de visualización: guiar para manejar el diálogo interno y aumentar la capacidad de abstracción y concentración deportiva.
- Aceptación: acompañar en las distintas etapas que afronta el deportista, englobando la transición de forma holística (p.ej. gestión del «triunfo», disminución temporal del rendimiento, duelo por retiro deportivo, etc.).
Dedicarse al deporte, no es fácil; pero pocos deportistas dirán que no merece la pena. Si quieres que te ayudemos a potenciar tus capacidades psicológicas (y por lo tanto, deportivas), ponte en contacto con nosotros, ¡y pongámonos a trabajar cuánto antes!
